Oh sí, ábreme...

Aún recuerdo su hipnótica voz diciéndome:

Oh sí, ábreme...

Ábreme despacio.

Ábreme suavemente.

Oh sí, ábreme...


Mientras yo no podía ni tocarla.

Casi puedo olerte.

Casi puedo notarte.

Oh sí, ábreme...

Mientras yo no osaba ni mirarla.

Me deseas.

Tómame ahora.

Oh sí, ábreme...


Mientras la rozaba con las yemas de mis dedos.

Descubre mis secretos.

Airea mis verdades.

Oh sí, ábreme...

Me suplicaba Pandora desde dentro de aquella caja mientras la abría.

Oh sí, ábreme...

Comentarios

  1. Pandora es un semáforo y no vemos sus colores. No hay que frenar, sin pensarlo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. La curiosidad mató al gato...pero de algo hay que morir nena!

    1besico

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Mi blog, mis normas.
No verás tu comentario publicado hasta que yo lo haya revisado.
Rodolí! ;)