Mentiras sin piedad

Aquella noche me arreglé especialmente, salía a cazar.
- Me gustas... - susurré con la primera embestida mientras tú me decías cómo te gustaba mi culo.
- Mmme gustas... mumucho... - conseguí balbucear cuando augmentaste el ritmo de las penetraciones.
- Uhmmm... ah, ah, ah,... te quierooooo oh oh oh... - no pude reprimir mientras hacías que me corriera salvajemente.
Al vestirnos, se me cayó de la chaqueta la tarjeta de la empresa.
- Vaya, esto, sí,... yo te llamo... - dijiste tímidamente, sabiendo ambos que no iba a ocurrir.


EDUGESME
Educación y gestión medioambiental

Jesús Martínez García
Director Comercial

Comentarios

  1. Joder, menudo pájaro... Sí que embiste bien, sí.
    Veo que también lo has catado.
    Ese Jesús de los cojones!

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