Quiero un buen cuchillo;
uno grande y bien afilado,
para cortar las burdas mentiras
a las que se me ha encadenado.
Quiero esgrimirlo en mi mano;
alzarla lo que mi cuerpo permita,
y de un solo golpe certero,
partir en dos mi pena maldita.
Quiero notar su fría hoja
cortando el aire que respiro,
apartando de él el veneno
que lentamente me ha vencido.
Quiero romper la cuchilla,
como si de un papel se tratara,
para ver si con ello consigo
la paz que ansía mi alma.
cuanta violencia y tristeza a la vez... lo mejor de todo: a palabras necias, oidos sordos!
ResponderEliminarGracias Juana, deben ser los lunes que me sientan mal ;)
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