Almuerzo's break

- Un cortado con la leche fría, por favor - le pido al camarero mientras me siento en la barra y cojo La Vanguardia.

Miro la portada, paso una página, leo titulares basura; paso otra página, más basura,... Oigo la puerta del bar que se abre y alguien entra, pero estoy leyendo un artículo interesante por fin, y ni levanto la vista del papel.

- Bon dia, un tallat amb la llet freda, si us plau - oigo que alguien pide con una voz familiar.

(Buenos días, un cortado con la leche fría, por favor)

Sin pensar, me sale un 'bon dia' bajito, por educación, ya que el sujeto se ha sentado a mi lado. Sigo leyendo el artículo, que me queda poco.

Me llega un olor a colonia masculina muy, muy, muy agradable. Debe ser el tipo de aquí al lado, pienso. Me acabo el artículo y levanto la cabeza. Miro a mi izquierda y,... ¡JODER! ¡que tengo a JOEL JOAN aquí mismo!

¡JODER! ¡JODER! ¡JODER!

Antecedentes:  este pedazo de cacho de hombre y yo hemos coincidido en muchas ocasiones (aunque dudo que él lo sepa). Sobretodo en manifestaciones, varios garitos nocturnos y cafeterías por el centro de la ciudad. Me parece un tío ES-PEC-TA-CU-LAR. Muy alto, atractivo - que no es lo mismo que el típico guaperas estándar sacado de un molde - , moreno, con tipazo fibrado y encima con cerebro e ideas propias. Total, que ha conseguido que yo pagara casi 35 eurazos que valía la entrada a una de sus obras de teatro - que la crítica no dejaba muy bien - solamente para ver el desnudo integral que él hacía (de frente,... casi ná).  Es lo más próximo a pagar por un hombre que he hecho en mi vida, a parte de invitar a alguna copa, o pagar yo el taxi (lo sé, lo sé,... pero mereció la pena). Incluso me había grabado los capítulos de 'Plats Bruts' y de 'Porca Misèria' (las únicas series catalanas que he seguido en toda mi vida, lo juro) solamente porque él era el prota. Vamos, la leche. 

Y eso que nunca me he considerado nada mitómana, pero mira, este chico me puede. Tiene un 'no sé qué, que qué sé yo'. La pena es que hace tiempo que dejó de hacer las series y, sinceramente, le había perdido la pista. 

En fin, pues que hoy he decidido que era EL DÍA y que ÉL se tenía que fijar en MI cara, para variar. 

Después de descartar la primera idea que se me ha pasado por la cabeza, que era ponerme a bailar encima de la barra (no me ha parecido apropiado en horario infantil); se me ha ocurrido algo más sutil y elegante: al pagar mi café, le he hecho un gesto al camarero para que me cobrara también el suyo. 

A partir de ese momento, el periódico me ha servido para disimular cada vez que le quería echar el ojo a semejante espécimen masculino con su perfecto culete plantado a mi vera. Si dijera que gana de cerca me quedaría corta. Tremendo. Tremendísimo.

Entonces él se ha acabado el café y ha ido a pagar:

- Quant és? - le pregunta al camarero.

(¿Cuánto es?)

- Ja està pagat, l'ha convidat la senyoreta - le contesta el camarero.

(Ya está pagado, le ha invitado la señorita)

Momento tenso, ¿qué hago?, ¿qué hago? Ná, sigo con la cabeza metida - casi literalmente - en las noticias, como si no fuera conmigo. Total, que seguro que siempre tiene a todas las nenas lamiéndole los pies. Pues yo no soy como todas. Así que cómete mi cara de indiferencia, chaval. A ver si así te acuerdas de ella. Que a eso seguro que no estás acostumbrado (mientras, estoy pasando grandes apuros para controlar el tembleque de mis manos y las hojas en un momento tan crucial como éste para mi delicada feminidad)

- Ei, moltes gràcies guapa, com et dius? Jo em dic Joel - me suelta

(Ey, muchas gracias guapa, ¿cómo te llamas? Yo me llamo Joel)

No me lo puedo creer, ¿el tío más guapo de Catalunya y del resto del universo se me presenta como si no lo hubiera reconocido ya? A ver, ¿dónde está la cámara oculta?

Levanto la cabeza con un gesto que vendría a ser algo como '¿Es a mí? Es que yo invito a pibones como tú a diario, ¿sabes?' y digo:

- Uhmmm, de res, jo em dic Charlotte - medio sonrío, sin demasiado entusiasmo, ¡ea!

(Uhmmm, de nada yo me llamo Charlotte) 

Uis, creo que me tiembla tó. ¡¡¡ Pero qué guapooooo !!!

Y me da dos besos. Ay, creo que me voy a desmayar. ¡¡¡ 2  BESOS!!!

Saca una tarjeta - de presentación, no la VISA , malpensad@s - de su bolsillo para dármela y le digo: 

- Prefereixo el misteri, així que no cal, gràcies. 

(Prefiero el misterio, así que no hace falta, muchas gracias.)

Es que me jode que me traten como a las demás, leches. A ver si lo pillas, nene. 

Aunque, lo reconozco, en realidad estaba pensando ¿en tu casa o en la mía? jajaja, ¡suerte que no leemos  las mentes!

Y mientras él levantaba una ceja con gesto de perplejidad (que me ha encantado), me ha devuelto la sonrisa (DIORRRRR esa bocaaaaa) y me ha dicho: 

- Doncs hauré de tornar un altre dia per a convidar-te a un cafè. 

(Pues tendré que volver otro día para invitarte a un café)

'Ya es mío' he pensado primero. 'A ver si es verdad', he pensado luego. 'Bah, chorradas', he concluido. Pero me ha dejado una sonrisilla idiota en la cara. Aunque haya sido una tontería. Me ha sentado bien al ego. 

En resumen: que sigue siendo un mito erótico. Los años le sientan casi tan bien como a mí ;)

¿O acaso lo he soñado todo?