Hoy en el metro me he cruzado con la mirada más increíble que he visto jamás. Nerviosa, he rebuscado en mi monedero,... ¿dónde estará? ¿dónde estará? Por favor, por favor,... aparece,...
Al fin la he encontrado: mi chequera. ¡Mi chequera!
Me he acercado a esos ojos negros penetrantes y, con una sonrisa en los labios, le he dado la última hoja que me quedaba:
Me ha vuelto a mirar. ¡Me ha vuelto a mirar! Y me ha dicho: 'no sirve, ya está roto'.
Y ha dejado de mirarme. Y yo he dejado de sonreir.
Ya no me quedan vales.
Yo un cheque de esos no lo desprecio. Aunque es verdad que pones mucho interes y cuando dices de cobrarlo, solo una parte ¿ehh? Porque estás falto de cariño o algo así... te los devuelven porque no hay fondos.
ResponderEliminarla gente es una desagradecida! hay que no sabe aprovechar las oportunidades. Los rotos se pueden arreglar con paciencia y cariño....
ResponderEliminarTranquila, que los bancos expenden talonarios como churros.
ResponderEliminarY tú tienes pinta de ser buena ´clienta´.
En cualquier momento sale la oferta-nómina y se queda una a cuadros.
Y para qué está el superglue? De verdad, tantos ojos y tan poca cabeza... ;)
ResponderEliminar1besico!
Joéee, pos que lo arregle ¿no?
ResponderEliminarNá, otro sinsangre. No interesa.
Bubo, cuánta razón tienes.
ResponderEliminarJuana, los 'remiendos' - que diría mi abuela - hay que saber hacerlos.
Fiebre, ya no creo en las 'gangas', así que invierto más bien poco o nada, por mi seguridad.
Fiona, con el superglue se me pegan los dedos! ;)