Yo la miraba a los ojos mientras mi cabeza pensaba:
- Fogoso animal de sangre caliente, ¿qué quieres?
Y ella me pidió fuego.
- Rabioso especímen femenino insomne, ¿qué buscas?
Y ella me dijo que quería salir toda la noche.
- Mujer ardiente contornenando tus curvas, ¿qué deseas?
Y ella me bailaba. Cada vez más cerca, cada vez más lejos.
- Joven niña impaciente y juguetona, ¿qué miras?
- Tu boca - me contestó.
Y ya no recuerdo más.
Me perdí. Me perdió. Como sólo ella sabía perderme.
Me encendí. Me encendió. Como sólo ella sabía prenderme.
Y me pidió que la besara. Y la besé.
- Fogoso animal de sangre caliente, ¿qué quieres?
Y ella me pidió fuego.
- Rabioso especímen femenino insomne, ¿qué buscas?
Y ella me dijo que quería salir toda la noche.
- Mujer ardiente contornenando tus curvas, ¿qué deseas?
Y ella me bailaba. Cada vez más cerca, cada vez más lejos.
- Joven niña impaciente y juguetona, ¿qué miras?
- Tu boca - me contestó.
Y ya no recuerdo más.
Me perdí. Me perdió. Como sólo ella sabía perderme.
Me encendí. Me encendió. Como sólo ella sabía prenderme.
Y me pidió que la besara. Y la besé.
Venga, calentando el ambiente, como hace poco calor ya de por sí... ;)
ResponderEliminar1besico!
Hola, llegué a tu blog por casualidad, pero me gustó, así que voy a quedarme por aquí...
ResponderEliminarUn saludo.
Humberto.
Fiona, debe ser el verano ;)
ResponderEliminarHumberto, me alegro de que te quedes por aquí. Bienvenido. ¡Nos leeemos!
como anda la gente ultimamente... y eso que ya hemos dejado atrás la primavera.
ResponderEliminargenial la imagen de royo!