Breve historia de amor, en el fondo


Lucía y Mario tenían una conexión especial. Se entendían. Se parecían. Se querían. Parecían la pareja perfecta. La noche de su quinto aniversario de novios la habían reservado para algo especial y Mario había preparado una bonita velada romántica, ya que últimamente el trabajo le había obligado a estar ausente, quizás demasiado. Al traer el postre, en el plato de Lucía había una cajita que ella miró sorprendida. Mario se arrodilló y mientras abría aquella caja con el anillo de pedida, que le había costado un riñón, dijo en un tono suave, perceptiblemente avergonzado, casi arrepentido: "cariño, sabes que en el fondo... te quiero mucho". Ella le miró con escepticismo. Un año sin relaciones y apenas conversaciones ni vida en común no eran para menos; pero había que pagar la hipoteca y los padres de Lucía vivían en Australia. Actos seguido, cojió el cuchillo aún sucio del pescado al horno del segundo plato y se lo clavó en el pecho, subiendo ligeramente hacia arriba. "Vaya, pues sí que tenías corazón... en el fondo" - dijo en voz alta mientras probaba la deliciosa mousse de chocolate y se deslizaba una dulce gota de la cuchara sobre el cuerpo inerte de Mario. Total, ayer se había enterado que les iban a deshauciar en breve porque él estaba en paro desde hacía un año y no pagaba las letras.

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